El Arte Ruso y la Politica revolucionaria (por Hernán Barrios)

En estas líneas propongo pensar a la política y el arte soviético abordandolos como dimensiones distintas de la vida humana y evitando unificarlos de forma arbitraria, pero generando un dialogo entre si respetando siempre sus autonomias.
El régimen soviético socialista surge de la revolución bolchevique poniéndole fin a la autocracia zarista.Durante su desarrollo, la Rusia comunista pasó por diversos estadios que se caracterizaron por la lejanía cada vez mas envilecida de aquella utopía inicial,pero la finalidad de mi reflexion no buscan hacer historiografia ni revisionismo solamente intento repensar a la estética en tanto juicio valorativo condicionado por el criterio sociopolítico que rige en determinado momento histórico.
Si repasamos la corriente estética denominada Esteticismo encontramos un movimiento militante de la reconocida frase “el arte por el arte”, estandarte de una concepción sobre un artista escindido de su realidad mas próxima. El arte como portador de una noción fundada en la funcionalidad refugiante y protectora tanto del artista como de su obra frente al amenazante daño estético que ejercía la sociedad de la revolución industrial y sus paisajes representativos caracterizados por el humo, la aglutinación de obreros famélicos,los edificios grisáceos y un modo de producción desde el que emergía una estética demasiado distante a los criterios de belleza clásicos y renacentistas.
La negación del entorno hostil y la constitución de un arte ciego que se ubique al margen de los procesos colectivos se podría ubicar en las antípodas de las manifestaciones artísticas surgidas durante la Rusia socialista de Lenin. Destaco la figura del dirigente revolucionario porque durante su liderazgo hubo artistas que adhirieron al marxismo como política de Estado, apoyaron su aplicación y se pusieron al servicio del régimen.
Lejos de considerar al arte como parte de la superestructura de dominación política y cultural algunos resignaron su condición privilegiada de artistas per se para reconceptualizar sus funciones denominándose “trabajadores del régimen” trayendo aparejados cambios conceptuales donde irrumpen criterios estéticos nuevos como el futurismo o el constructivismo que consideraban al dinamismo , la velocidad, las formas contrastantes y la utilización de plásticos o alambres como atributos nuevos de la producción artística.
La resistencia al concepto de arte clásico o renacentista en donde la armoniosidad, el equilibrio, la belleza de lo pintoresco, lo estático y calmo se dejan de lado para considerar al vigor, el ímpetu, la potencia de lo cambiante y avasallante.
Los atributos propios del dinamismo cambiante toman prominencia,la reconfiguración de un arte que refleje beligerancia epopéyica y la épica es decir, que sea un emergente del espíritu revolucionario, comienzan a adquirir reconocimiento.
Sergei prokofiev compuso el suit de ballet Romeo y Julieta en el marco de una Rusia Stalinista en la cual y a diferencia de Lennin el arte fue considerado una práctica burguesa, sin embargo Prokofiev recibió el premio Stalin en 1952.
Esta obra a pesar de no circunscribirse al realismo socialista que era la única modalidad de arte permitido por el tirano revolucionario, contiene un espíritu épico y epopéyico de una belleza inusitada y propio de una revolución. Disfrutémoslo ¡¡¡