Es extraño ver al hombre que esta en la calle; a esos tantos que vemos cuando bajamos, como ahora, del tren en la Estación de Retiro, y esa ansiosa desatención de parte de aquellas personas de cuello blanco y bien vestidas que cruzan apuradas Avenida Libertador para atravesar en interior de Plaza San Martín evitando hasta un contacto mínimo visual de esa mierda que quedo de persona y que ahora fuma un cigarrillo sentada en el suelo con el pelo abarrotado de mugre y sangre seca mirando simplemente el suelo… o mejor aun, habiéndose dormido... El resultado explicito del abandono de Buenos Aires, el resultado explicito de la derrota, el resultado explicito del abandono de Dios. Mientras, camino a Florida
Pero una cosa sí me parece curiosa, y ahora me doy cuenta mientras espero que cambie el semáforo a verde para cruzar Libertador, y es qué los motiva a seguir así, si hasta yo me pegaría un balazo en la boca en esa situación. Igual que nosotros ellos están vivos y continúan, continúan con los calzones llenos de mierda, rotos y gastados por el meo y de tanto rascarse los pelos de la verga, cagados de hambre y frío, pero de todos modos aun vivos… Verde!
Creo que nos mantenemos vivos por amor a algo, a una determinada idea que nos permite avanzar, que motiva al caminar y que sin embargo es solo una idea dentro de nuestro espíritu, y que si somos honestos nunca vamos a hallar, pero sin embargo aun así continuamos, porque a pesar de todos tenemos fé en ese algo, necesitamos ocupar el vacio para transcurrir la nada y justificar una vida muerta gracias a la razón. Amamos por temor a morirnos, ya que si fuésemos eternos todos, no tendríamos la necesidad si quiera de construir una palabra como amor, ya que perdería su valor espiritual y pragmático en el mundo, amaos por temor a no llenar ese vació, por hacernos viejos y haber solo envejecidos; y no me refiero al amor de una pareja si no, al amor de andar simplemente, al amor de observar… Plaza San Martín!
Sin embargo de esta gente que queda ya ni Dios los ampara y al igual que muchos de nosotros hasta al tiempo le importa un carajo quien viva en la calle, quien quede apoyado fuera, en la pared de un hogar que le es ajeno en las crudas noches del invierno porteño, y sin embargo siguen ahí , y ¡que ridículos, dementes del orto! Siguen ahí cagados de frió, padeciendo el vivir… El centro de la Plaza…
Supongo que todos los hombres buscamos las mismas cosas, amor, respeto, perdón, el paraíso, quizás… pero dónde hallar el paraíso si en la miseria no hay Dios, dónde hallar uno aunque sea de esos atributos en esas personas que solo se emborrachan para continuar, y son testigos sus camisas o trapos que usan, que es mas acertada la expresión, manchadas de vino hasta el centro de lo que les resta de panza, junto a sus barbas revueltas que rellenan un rostro chupado por el hambre y la mala alimentación, pero que sus sienes delatan… Marriot Plaza Hotel…
Quizás creo se halle el ultimo de los atributos mencionados en el perdón, pero no este dirigido desde un Señor, si no en el perdón que el hombre le concede a Dios, y aun mas allá de esto, yendo mas allá del mas allá, aun siguen vivos, y mas muertos que una ilusion… pero siempre borrachos, y en eso si los apoyo!!!
“Que el alcohol redima al hombre que ha perdido la ilusión,
Que existe solo en la mente del que busca la salvación…”
Y ahora que lo encuentro asi, en efecto, es cuando aparecen dos nuevos y últimos atributos que motivan su penante vivir, y responde mi pensar; Claro! aparecen el Placer y los Vicios:
“Que el placer sea el consuelo de vivir sobreviviendo”
O como dice la canción: Si viene el Vino, viene la Vida!!!
Ahora sí; Florida…
6 comentarios:
Biológicamente un organismo sano a diferencia del enfermo tiende a salvaguardar su existencia. No creo poder escindir al todo de las partes, esos cuerpos laxos diseminados no están sujetos a su propia disposición, por que nos muestran la intención de permanecer. Aún despojados y arrastrados en el piso quieren vivir, sentir placer, emborracharse, coger, pajearse, cualquier pulsión de vida que muestren denota que lo enfermo es exógeno a sus voluntades. La pobreza digna como se decía en los 40 ,era digna por que brindaba un piso de posibilidad y el pobre podía sindicalizarse, convertirse en un obrero significaba ser parte de la renta nacional, percibiendo derechos y tener esa posibilidad de acceder a la movilidad social ascendente de donde emergía la recordada frase celebre MI HIJO EL DOTOR.
El Estado se desmanteló, el obrero sindicalizado devino en desocupado, en paria o en chorro. No es casual ir pisando lumpen, es causal y en la sociedad civil está el elemento de cambio.
Ya es parte del paisaje diario naturalizado, tan naturalizado como que el obelisco esta en corrientes y 9 de julio, el marginal es solo un sintoma.
Paseando por Florida veo sintomas por todos lados, sintomas marginados, sintomas entrando a la iglesia universal, sintomas comprando el lcd de 200 pulgadas seria mejor que compren el lsd uff! sintomas por qui y por alla, algunos con menos derecho de ser sintomas aun asi son sintomas, otros nacieron sintoma otros no nacieron por benir de un sintoma, y sin toma me vi cuando observe mi reflejo en el espejo de los arcos dorados.
Bufa jig no entiendo muy bien a lo que apuntas. creo que al sintoma que repetis compulsivamente matias(el que escribio la nota)lo dejó claro en su descripción casi emocional.
Son las dos ciudades que conviven en los barrios centricos de Buenos Aires. El arriba, con sus elegantes edificios, algunos de principios del siglo pasado. Bien al estilo europeo.
Y el abajo. Con la gente excluida que parece reproducirse con cada nuevo aumento de precios, que refleja otra realidad distinta a la que dicen desde el Gobierno.
Pero como dice al final del post. El alcohol a veces nos une y nos hace olvidar o pasar el momento. Hace tambien que nos olvidemos que "cada uno es cada cual"
Es verdad valentin matias hizo una gran exposicion, He sido bastante insistente, que el consumismo es un sintoma ya todos lo sabemos, centremonos en hablar del posteo.
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